viernes, 12 de abril de 2019

¡Enhorabuena Blanca!





¡Buenos días a todos y a todas! Aquí os dejamos un maravilloso escrito realizado por nuestra alumna de sexto Blanca. Todo ha surgido de un tarea que realizan los alumnos desde la tutoría todos los viernes para la mejora de la lectura y escritura. La tutora, les pide todas las semanas que realicen un escrito libre que debe contener unas palabras en concreto. Pues bien, hace unas semanas, Blanca nos dejó sorprendidos por cómo había dejado volar su imaginación e inspiración y queremos compartirlo con todos vosotros. 
¡Que lo disfrutéis! ¡ Olé por Blanca!



UN TORNADO DE EMOCIONES 


Hola a todos, os preguntaréis que quién soy yo, y qué estoy haciendo aquí. Pues mi nombre es Ana y estoy aquí para enseñaros lo que tendría que haberos enseñado hace bastante tiempo. Supongo que, algunos de vosotros habéis sentido lo que hoy os intento explicar. Como sabréis hay muchas clases distintas de libros, entre ellos, hay algunos que te hacen sentir lo que está ocurriendo; libros que te hacen reír, llorar, soñar… Pero todos esos libros tienen algo en común; algo especial; inexplicable. Por eso es tan importante que los leáis, para poder sentir esa sensación tan especial y para que las nuevas generaciones sigan nuestras costumbres,  y los sigan leyendo. Pero ahora os contaré mi historia, la historia en la que os explicaré cómo ocurrió lo más importante que me ha sucedido jamás.

Era un día precioso, soleado y fresco de primavera cuando yo leía tranquilamente en mi jardín; estaba tumbada en el césped, a la sombra de un árbol y la brisa acariciaba mi rostro suavemente. Me habían regalado aquel libro por mi cumpleaños y estaba decidida a leérmelo sin parar hasta terminarlo, pero entonces me empezó a latir el corazón tan fuerte que el libro se me escurrió de las manos y cayó al césped. Después, la brisa empezó a arreciar; las páginas del libro se pasaban rápidamente y las palabras se desplegaban unas tras otras formando un pequeño tornado de palabras alrededor del libro. Luego, el tornado se paró y la brisa remitió. Entonces, me pareció ver a un señor bastante bajito, parado en mi jardín un poco confuso, pero cuando  se dio la vuelta vi a un niño que parecía tener mi edad. Después, me acerqué a él y él me preguntó: “¿dónde estoy?”, y yo le respondí: “estás en Londres”. Después, me miró con cara de sorprendido y me dijo: “hola, me llamo Peter, ¿y tú?”, y yo le respondí: “hola, me llamo Ana”. Entonces Peter me dijo: “ven, te enseñaré algo”  y respondí: “vale”. Luego me cogió del brazo y empezamos a elevarnos del suelo; yo pensé que era un sueño. Fuimos al bosque, al río e incluso a la cascada, pero fuera donde fuera siempre corríamos miles de aventuras juntos. Al caer la noche se fue y a partir de ese día ocurrió lo mismo consecutivamente. Crecimos juntos cada día pero al hacernos mayores descubrimos que nos habíamos enamorado y no podíamos pasar ni un segundo de nuestras vidas el uno sin el otro. Después de todo, Peter decidió quedarse conmigo para siempre y cuidarme toda su vida de modo que nunca volvió al mundo del que llegó aquel día. 

Blanca con nuestra mascota de la biblioteca: El Comelibros.

Blanca en la biblioteca de nuestro centro.



No hay comentarios:

Publicar un comentario